Mientras miro las nuevas olas (Revista Rolling Stone Argentina)

Así como Elvis Costello brindó un show memorable en el escenario principal
Más preparados para sufrir de las inclemencias de un mini invierno en plena primavera porteña, casi 15 mil personas se dieron cita en Club Ciudad de Buenos Aires para la segunda fecha del Bue Mix Edition, una cifra superior a la de la primera jornada. Y, ante una oferta disímil (y para todos los gustos), es muy probable que pocos se hayan ido defraudados.

Acto central de la noche: Elvis Costello & The Imposters. El británico no defraudó. Traje gris, camisa rosa, corbata verde, gorro de lana y gafas negras para un Elvis que salió a matar de entrada, pese a que el sonido (en los tres primeros temas) fue demasiado bajo. Con dos de los Attractions originales (el excepcional Steve Nieve en teclados y Pete Thomas en batería), Costello deplegó una seguidilla de hits viejos, pero de esos que no tienen fecha de vencimiento: "Accidents Will Happen", "Watching The Detectives", "I Don’t Want To Go To Chelsea", "Pump It Up", y la lista continua. Cuando le llegó el turno a "Shipbuilding", se sacó la guitarra del cuello y con pose de corner canchero y sentido demostró que esa es la mejor canción escrita sobre la Guerra de Malvinas, y le arrancó sentidas lágrimas a varios. Y con "Allison", se dio el gustó de homenajear a quien le inspiró su nombre (de pila) artístico, terminando con un fragmento de "Suspicious Minds".

A la hora de los bises, Costello se mandó una de las suyas. Interpretó "She" (el cover de Charles Aznavour incluido en el soundtrack del film Notting Hill ), y todos pensamos que sería el final. Pero no: arrancó a tocar como si nada, con uno de sus plomos haciéndole señas de forma desesperada para que corte. Menos mal que no lo hizo: de contrario, nos hubiésemos privado de ver ese himno new wave llamado "What’s so Funny About Peace, Love & Understanding?".
El tema final fue un cover de "You Really Have To Hold On Me" de Smokey Robinson, con Costello arengando a la gente a que cante (para que él se pudiese quedar más tiempo del pautado en escena), la gente chocha porque Costello no se iba, el plomo de Elvis con los síntomas previos a un infarto debido a las actitudes de su jefe, y los asistentes de Morcheeba a pura queja.
Elvis se retiró, prometió volver a Argentina, y un ejército de roadies de Morcheeba subió a desarmar todo rápido, no sea cosa que al hombre se le ocurriera retornar… Inolvidable por donde se lo mire.